Hace unos días, tuve la oportunidad de platicar con los plenos antorchistas del municipio de Zacatlán, sobre la supuesta reducción de la pobreza y los programas sociales. La reunión se llevó a cabo en la comunidad de Atzingo, en un espacio público —del que se solicitó permiso para ocuparlo— que se rehabilitó y techó gracias a la gestión de la organización.
La reacción no se hizo esperar y al día siguiente, un locutor de radio local, armado de su flamígera espada vengadora, dedicó su programa para lanzar insultos, mentiras y acusaciones lapidarias contra el Movimiento Antorchista para pedir que no nos crean ni vuelvan escuchar.

Debido a la situación de tragedia que se presentó por las fuertes lluvias, no pude escribir al respecto; pero siento la obligación, sí de contestar a las injurias del señor morenista, pero en especial de transmitir lo que dije en la plática para que llegue a más pobladores que no pudieron asistir, como expresaron varios asistentes, una vez terminada la conferencia.
Sobre lo que dijo el señor locutor, ya sabe usted, estimado lector, el mismo discurso de siempre: “son mentiras”, “Antorcha sólo viene a malinformar”, “son unos revoltosos”, “ya no les dan sus moches”, “son fuereños”, “no tienen por qué venir a hacer reuniones” y un largo etcétera. Quiero hacer dos comentarios.
El primero es que el artículo 9º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos consagra el derecho a la libre asociación y reunión; además de que la Carta Magna protege la libertad de expresión. Así como el señor locutor hace unos días participó en una protesta pública, mis compañeros antorchistas y yo hicimos uso de nuestro derecho a la libertad de reunión. El segundo es que el Movimiento Antorchista Nacional, a través de diversos foros y medios ha desmentido las acusaciones y exigido pruebas. El señor locutor no las dio y se fue por el camino fácil: gritar, insultar, acusar. ¿Y de los elementos que dí en la conferencia? Pues ni un solo argumento para desmentir.

Lo que expusimos fue que recientemente, el Instituro Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó que la pobreza se redujo de 51.9 a 38.5 millones de personas; es decir, en poco más de 13 millones. “Es una hazaña de la Cuarta Transformación, demuestra que el modelo funciona”, celebró la presidenta Claudia Sheinbaum, quien aseguró que se debe al incremento del salario mínimo, a los programas sociales y al acceso a los derechos. En torno a esta idea giró la plática.
El incremento al salario mínimo, ¿hasta qué punto es un benefició real? Esta medida sólo favoreció a quienes tienen un empleo formal, 23.59 millones de plazas registradas en este rubro. No obstante, son más quienes viven en la informalidad: el 56.1 % de la población ocupada; es decir, 34.1 millones que vive en la incertidumbre porque no tienen prestaciones ni un salario fijo. A ello se debe agregar que la canasta básica, según el reporte de julio del Inegi, aumentó su costo en 3.1 % en la zona rural llegando a los 3 mil 397 pesos al mes. “Una familia de cuatro integrantes requiere de 13 mil 588 pesos al mes para poder cubrir sus necesidades de alimentación, higiene, vivienda, educación y salud” (eleconomista.com.mx, agosto de 2025). ¿Cuántas familias pueden disfrutar de este ingreso, sin que sientan presión en sus bolsillos?
Sobre los programas sociales y el acceso a los derechos argumentamos que la política de entregar dinero no está sacando a la población de la pobreza y menos está resolviendo sus necesidades más apremiantes. Hace dos años, el entonces titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Rogelio Ramírez de la O, informó que “en el primer decil, que es el de los ingresos más bajos en el país, es el que más se ha beneficiado del gasto social, en donde 17.3 % de sus ingresos provienen de los programas sociales”, (eleconomista.com.mx, octubre de 2023). O sea, apenas 17 de cada 100 pesos de los ingresos de las familias, provienen de los programas; claro, para quienes son beneficiarios.

En realidad, las tarjetas con dinero que da el gobierno sirven para comprar la voluntad de los ciudadanos más humildes, no sólo porque el recurso se les va como agua de las manos y no les alcanza para comprar los necesario, sino porque es un mecanismo de presión para los intereses políticos del partido en el poder.
Como dijo el maestro Aquiles Córdova Morán en un escrito: “las tarjetas con dinero, que sólo fomentan el egoísmo y la dependencia de las personas respecto al gobierno, ilustran lo que es y lo que busca la Cuarta Transformación”.
¿Acceso a los derechos? ¿Cuáles? Cuestionaron también a mis compañeros antorchistas presentes en la plática. ¿A la educación?, si una colegiatura está arriba de los mil pesos; ¿a la salud?, si no hay Paracetamol ni personal médico en las clínicas. Ya ni se diga el derecho a la seguridad, a la cultura, a tener una vivienda digna, etcétera.
Con el reporte de los datos de la supuesta reducción de la pobreza, también se publicaron declaraciones de economistas prestigiados que desmintieron este intento de maquillar la realidad. Julio Boltvinik, economista de El Colegio de México, dijo que son datos “cuchareados” que no se explican en un sexenio con pandemia y bajo crecimiento.

El gobierno morenista no sólo le miente al pueblo, no ha aplicado una política económica que verdaderamente favorezca a las familias más humildes, prueba de ello es la supuesta reducción de la pobreza, que no se ve reflejada en su vida diaria. Como dijo el señor locutor sobre la desvergonzada corrupción, en un video publicado en redes sociales sobre la protesta en la que participó: “tú estás quedando que ya no va a ver corrupción, te topas con la pared, porque hacen lo que quieren… Dónde está ese discurso que se aventaron todos los que están gobernando”. Así es, señor, en eso coincidimos plenamente.
Usted también es testigo y hasta víctima de esas mentiras, por eso, haciendo caso a lo que mis compañeros solicitaron y a lo que nos ha dicho nuestro dirigente nacional, aquí estamos mostrando lo que pasa en la sociedad y decimos: aquí está el Movimiento Antorchista Nacional para alumbrar el camino del pueblo y enseñarle a luchar hasta conquistar ese derecho que tienen a vivir una vida digna. “La liberación del pueblo sólo puede ser obra del pueblo mismo, no lo olvidemos. ¡Vamos, pues, a luchar juntos! ¡Unidos, venceremos!” ("Intenciones y resultados", Aquiles Córdova Morán).
0 Comentarios:
Dejar un Comentario