En este mes de septiembre regresan a clases 23.5 millones de niños y niñas de preescolar, primaria y secundaria, para dar inicio con el ciclo escolar 2025-2026.
Actualmente, hay un gran deterioro en el sistema educativo, pues no funciona eficientemente debido a problemas estructurales de calidad, equidad y gestión que generan brechas significativas entre estudiantes de diferentes contextos.
La Nueva Escuela Mexicana pretende una educación emancipadora, que construya pensamiento crítico, comunalidad y colaboración, pero es ahí donde se queda sin tocar la estructura de la escuela, que sigue siendo profundamente vertical y antidemocrática.
Las causas incluyen la ineficiencia económica con un gasto público insuficiente, un currículo obsoleto que no prepara para las necesidades actuales, falta de recursos como tecnología y materiales, y la profunda desigualdad en el acceso, que afecta a poblaciones indígenas y de escasos recursos. Además, la falta de una planeación clara y la resistencia al cambio dificultan la implementación de mejoras necesarias.
Los factores que limitan la efectividad del sistema educativo son: la desigualdad y el acceso limitado, pues millones de niños y jóvenes no asisten a la escuela o la abandonan por razones económicas o geográficas. Las poblaciones indígenas enfrentan barreras lingüísticas y culturales, así como la falta de infraestructura educativa cercana.
En México, el rezago educativo —definido como la no conclusión de la escolaridad obligatoria en la edad esperada— afecta a una parte importante de la población, especialmente a grupos vulnerables como niños y adolescentes de zonas rurales o indígenas, y a aquellos con bajos recursos económicos.
“De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2016 a 2024, la carencia educativa tuvo un alza, de 22.3 millones de personas en el 2016 a 24.2 millones en el 2024; es decir, pasó de 18.5 a 19.4 % de la población, mientras en términos absolutos, aumentó la población carente en 1.9 millones de personas durante el periodo de referencia” (La Jornada, 24 de agosto de 2025).
El Inegi estimó que uno de cada tres personas (36.3 %) en grupos indígenas tuvo un rezago educativo, frente a una de cada diez de la población general en 2024. En tanto, casi la mitad (47.1 %) de la población hablante de lengua indígena sufre de este rezago, porcentaje ligeramente superior al 44.4 % en 2016, mientras la población analfabeta fue 51.1 % en 2024.
Para las mujeres, el rezago educativo ascendió a 38.9 % de dicha población, frente a 33.5 % de los hombres el año pasado. Y si es mujer hablante de lengua indígena el porcentaje es de 50.6 %; frente a 43 %.
Más de 11.5 % de la población de hasta cinco años sufrió la carencia educativa; de entre 18 y 29 años, 28 %.
“Asimismo, el Inegi, al momento de presentar la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), estimó que entre 2022 y 2024, el gasto en educación trimestral promedio disminuyó 5.6 %, pasando de 3 mil 78 pesos a 2 mil 903 pesos. Lo relevante en la edición de 2024 es que en los deciles hubo una reducción en el gasto educativo por hogar. Además, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) precisó que aunque el gasto educativo es el tercer rubro más importante de los hogares mexicanos, este tuvo una caída de 5.6 % desde 2022. Tan sólo en mayo de 2025, el gasto en función educación fue de 78 mil 941.8 millones de pesos, lo que representó una contracción real de 6.2 % frente al mismo mes de 2024. La Secretaría de Educación Pública ejerció 28 mil 191.1 millones de pesos, esto es un subejercicio de 27.6 % respecto a lo calendarizado” (La Jornada, 24 de agosto de 2025).
Respecto a la Nueva Escuela Mexicana que promueve la 4T, se pretende incluir nuevos planteamientos, como una educación emancipadora, que construya pensamiento crítico, comunalidad y colaboración, pero una cosa es el discurso y otra la dimensión didáctica. Y es ahí donde se queda sin tocar la estructura de la escuela, que sigue siendo profundamente vertical y antidemocrática.
De ahí los bajos resultados obtenidos en la prueba internacional PISA, difundidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que mide el desempeño en ciencias, lectura y matemáticas.
Desde el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) 2000, quedó evidenciado el fracaso del sistema educativo mexicano. Lo peor de todo es que no hay ningún avance. ¿Cuántos años deberán pasar para que los niños y jóvenes mexicanos reciban una educación de calidad mundial?
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