MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Inseguridad, miedo e inoperancia gubernamental

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“En estos tiempos, ya perdimos toda la confianza en la colonia y sus calles porque hasta en las primeras horas del día te asaltan y te quitan el celular; pero lo peor es el susto que te meten, porque casi siempre llegan con voz seria y tenebrosa. Por lo menos así lo he sentido yo en las tres ocasiones en que me han robado el celular: dos veces fue alrededor de las 8 de la mañana y otra, cuando regresaba a mi casa, como a las 3 de la tarde”.

Morena maquilla las cifras, diciendo que esos delitos van a la baja y que están trabajando para el bien de todos, pero eso sólo forma parte de un discurso dizque progresista, que encubre la inoperancia del gobierno de Claudia Sheinbaum.

Así me lo contó Lucía “N”, de veinte años, estudiante de la licenciatura en Derecho, quien dice que, por esas amargas experiencias, hasta ha pensado en abandonar la escuela porque le da miedo salir de su casa debido a la gran inseguridad que viven los habitantes del municipio de Chimalhuacán, donde se encuentra su casa y la universidad a la que acude.

“Tengo miedo de caminar sola por las calles de Chimalhuacán porque a toda hora te pueden quitar tus pertenencias, ya sea el celular o toda la mochila donde uno lleva sus cosas; los ladrones ya no esperan que sea de noche para asaltarte, lo hacen a cualquier hora”, agregó.

Como en prácticamente todo el territorio nacional, la inseguridad en Chimalhuacán genera miedo, ansiedad y cambios en la vida cotidiana de la gente.

Por ejemplo, el día de hoy, viernes 1 de agosto, alrededor de las 5:30 de la mañana, un vecino del municipio de Chalco fue asaltado por dos sujetos que se movían en una motocicleta —motoladrones, los llama la gente—, quienes, como muchos delincuentes, aprovechan la oscuridad de la madrugada para cometer fechorías, con la seguridad de que los elementos de la policía municipal no acudirán a auxiliar a las víctimas porque, en ese horario, están descansando.

Aunque los mexiquenses han atendido las recomendaciones de seguridad que dan los expertos en la materia —como cambiar la rutina, transitar por rutas alternas o no salir de sus casas en horas inseguras, como de noche o madrugada—, es casi imposible ponerlas en práctica, dado que la gente sale a trabajar, a la escuela, al mercado o realiza cualquier otra actividad que necesariamente tiene pasos rutinarios.

No obstante que la gente ha seguido las recomendaciones dadas por los especialistas, la creciente inseguridad afecta cada vez más a la clase trabajadora, a quien no sólo le impacta económicamente porque le roban el celular, el reloj o la cartera, sino que, sobre todo, le afecta emocionalmente. No es sólo el susto del ataque, sino el no saber si lo van a golpear, balear o herir con arma blanca, lo que a algunos les causa depresión o ansiedad, males que repercuten en su comportamiento y en toda su vida. 

Pero eso no lo entienden los patrones y, por tanto, terminan por despojarlos de sus empleos, lo que complica aún más su vida por no tener recursos para sustentarse ni para comprar los caros medicamentos que requieren para enfrentar problemas tan complejos.

Recientemente, el Inegi publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del segundo trimestre de 2025, la cual arrojó datos preocupantes: en todo el país subió la percepción de inseguridad. En junio de 2024 fue de 59.4 %; en marzo de 2025, de 61.9 %, y en junio de 2025, de 63.2 %; es decir, en un año la percepción de inseguridad subió 3.8 puntos porcentuales. Esa encuesta se realizó entre mexicanos de dieciocho años y más, residentes en 91 áreas urbanas.

En el oriente del Estado de México todavía no se ha generalizado el recorte de actividades al anochecer como sucede en Culiacán, Sinaloa, donde después de las seis de la tarde ya no hay ni un alma en la calle. Pero como la gente del oriente mexiquense vive con miedo, ahora ya no sale por la tarde-noche porque sabe que la oscuridad favorece los ataques de la delincuencia. A quienes no les queda de otra es a los trabajadores.

Todos sabemos que la zona oriente del Estado de México tiene una alta densidad poblacional y, por tanto, cuando no hay atención de las autoridades, se generan más problemas sociales que en otros puntos geográficos. Por ello, municipios como Nezahualcóyotl, Ecatepec y Chimalhuacán son zonas con altos índices de inseguridad, y aunque Chalco e Ixtapaluca no hayan sido señalados en la ENSU, los vecinos de esas entidades también son víctimas de asaltos e incluso homicidios dolosos, como el que ocurrió hace menos de un mes en Ixtapaluca, donde, alrededor de las 7 de la mañana, fue asesinada una vendedora de tamales.

Los mexicanos somos víctimas de los delincuentes, pero los funcionarios de la clase gobernante, emanados del partido Morena, se pasean a todo lujo por Italia, España, Francia y el lejano Oriente, como es el caso del hijo del expresidente López Obrador, a quien sorprendieron viviendo a todo lujo en Japón.

Mientras la clase política gobernante actúe sólo para satisfacer sus intereses individuales —como sucede con el partido Morena—, jamás se pondrá a trabajar para el beneficio colectivo; es decir, para el bienestar de todos los mexicanos.

Con la creciente inseguridad, las graves inundaciones que afectan a millones de personas y el deterioro del sistema de salud, Morena está mostrando su verdadera cara: sólo maneja un discurso distinto al de gobiernos anteriores, pero hace mucho menos de lo que hicieron esos mismos gobiernos.

Homicidios, cuerpos descabezados, cadáveres en bolsas, feminicidios, secuestros, extorsiones, amenazas, violaciones y muchos otros delitos reflejan la decadencia de la sociedad en la que vivimos. Morena maquilla las cifras, diciendo que esos delitos van a la baja y que están trabajando para el bien de todos, pero eso sólo forma parte de un discurso dizque progresista, que encubre la inoperancia del gobierno de Claudia Sheinbaum y su séquito de políticos tramposos y manipuladores.

Para acabar con la prepotencia y corrupción que invade al gobierno federal mexicano, no hay otro camino más que la educación política del pueblo y la construcción de una gran organización social que no sólo combata las mentiras de Morena, sino que sea una verdadera fuerza transformadora, capaz no sólo de sacar a Morena del Palacio Nacional, sino de tomar el poder político de este país y trabajar verdaderamente para el beneficio de todos los mexicanos.

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