MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Chiapas, primer lugar de pobreza por ingresos

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En Chiapas, el 85.3 % de los habitantes no cuenta con ingresos suficientes para adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria; así lo reveló la organización “México, ¿Cómo Vamos?”, con base en datos del Inegi correspondientes al primer trimestre de este año 2025. Esta situación demuestra que casi nueve de cada diez chiapanecos tienen ingresos que no les alcanzan para pagar los alimentos que la familia necesita para vivir, y menos les alcanzan para otros gastos como la salud, el vestido, el calzado, la escuela y los útiles escolares, el transporte, la luz, entre otros.

Somos el estado donde el 70 % de los trabajadores no cuenta con seguridad social ni prestaciones, ni acceso a una pensión, seguro social, una jornada laboral adecuada, liquidación y vacaciones.

Esta situación coloca a Chiapas como el estado más pobre de toda la república mexicana, seguido de Oaxaca y Guerrero, que se colocan en segundo y tercer lugar. Esto significa que, si de acuerdo con el censo de 2020 en el estado somos cerca de 5 millones 600 mil habitantes, más de 4 millones 700 mil personas padecen el mal de los ingresos bajos; y quiere decir también que sólo 900 mil personas son las únicas que ganan suficiente dinero para solventar sus gastos; por lo tanto, es, como siempre, la gran mayoría de chiapanecos la que se encuentra en las peores condiciones.

Algunos seguramente se habrán enterado: el 2025-07-30 se anunció, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2024, que con el apoyo que varias familias reciben del gobierno federal mediante las tarjetas, más el hecho de que muchas personas se metieron al empleo informal, el ingreso de los mexicanos se elevó 10.6 % desde 2022; pero lo cierto es que el gasto también subió 7.9 %, los precios de los productos de la canasta básica aumentaron y ahora cuestan casi ocho veces más que antes; por ejemplo, la leche pasó de 24 a 27, la tortilla de dieciocho a 25 pesos. 

Por lo tanto, si acaso quedó alguna diferencia, esta sería de apenas 2.7 %; es decir, quedamos casi igual que antes. Con la agravante de que, si ahora más gente trabaja en la informalidad, es decir, por su cuenta, significa que no tendrá seguro para atender su salud, no tendrá ningún tipo de prestaciones, ni aguinaldo ni vacaciones ni liquidación y menos tendrá indemnización en caso de accidente.

Según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, en el primer trimestre de 2025 Chiapas fue uno de los estados con mayor incremento de precios, al registrarse un aumento de más de 5.8 % en los productos que consumimos todos los días.

Además, somos el estado donde el 70 % de los trabajadores no cuenta con seguridad social ni prestaciones, ni acceso a una pensión, seguro social, una jornada laboral adecuada, liquidación y vacaciones.

Otro dato importante que arroja esta encuesta es que el 10 % de los hogares que tienen mejores ingresos en nuestro país ganan más de 2 mil 600 pesos diarios, mientras que las familias más pobres ganan apenas 186 pesos al día; o, lo que es lo mismo, hay familias que ganan catorce veces más dinero que los más pobres, lo que nos indica que vivimos en un país cada vez más desigual.

Pero, a final de cuentas, ¿qué sentido tiene describir todo este panorama? ¿Qué caso tiene mencionar con números y cifras lo que a diario se vive en los hogares chiapanecos? Toda esta información, si alguna utilidad tiene, es que debe servir para darnos cuenta de que, aunque los apoyos del gobierno alivian un poco las necesidades de alimentación, de calzado, de ropa y otras cosas, no resuelven de manera definitiva el problema de los ingresos; es más, ni siquiera avanzamos, porque seguimos igual que antes.

En el Movimiento Antorchista lo hemos dicho muchas veces y lo reiteramos ahora: si el gobierno federal quiere realmente resolver el problema de la pobreza, debe empezar generando empleos, muchos empleos y bien remunerados. Debe apoyar el emprendimiento de la gente que busca la manera de salir adelante con proyectos productivos. El dinero que se da a las familias, todo se va al consumo, es decir, sale de la órbita de la circulación para desaparecer para siempre.

En cambio, si ese dinero se invierte y se le aplica nueva fuerza de trabajo, ese recurso servirá de capital y regresará incrementado, para volverse a invertir. Seguir por la ruta por la que nos están llevando nuestras autoridades, tarde o temprano, nos llevará al precipicio de un país cada vez más atrasado y sometido a intereses de los países más poderosos del mundo; y eso, lejos de encaminarnos hacia el progreso, nos hundirá cada día más.

Mucha gente se autoemplea, como ya vimos, porque no se puede quedar de brazos cruzados cuando sus hijos le piden alimento o atención a la salud, huérfanos como estamos de una política gubernamental destinada a resolver seriamente las necesidades de la población. 

Los gobernantes muchas veces prefieren otorgar dádivas porque eso acarrea votos, pero, como ya vimos, no resuelve los problemas de fondo; ellos trabajan de esa forma porque así conviene a sus intereses, pero yo les pregunto: ¿cuándo nos pondremos a luchar por lo que verdaderamente nos conviene a los mexicanos en general y a los chiapanecos en particular?

Por eso aprovecho este espacio para invitarlos a unir fuerzas para exigir que se generen los puestos de trabajo que la gente necesita para tener un ingreso seguro y bien remunerado; todo eso en un corto o mediano plazo, pero, a largo plazo, necesitamos empezar a construir la unión que nos dará fortaleza para impulsar un país diferente, un país con empleo digno, con salarios justos que traiga el desarrollo no solo para las familias más necesitadas, sino para todo el estado y nuestro país. De lo contrario, seguiremos pintando rayas en el agua.

En Chiapas, el 85.3 % de los habitantes no cuenta con ingresos suficientes para adquirir la canasta alimentaria y no alimentaria; así lo reveló la organización “México, ¿Cómo Vamos?”, con base en datos del Inegi correspondientes al primer trimestre de este año 2025. Esta situación demuestra que casi nueve de cada diez chiapanecos tienen ingresos que no les alcanzan para pagar los alimentos que la familia necesita para vivir, y menos les alcanzan para otros gastos como la salud, el vestido, el calzado, la escuela y los útiles escolares, el transporte, la luz, entre otros.

Esta situación coloca a Chiapas como el estado más pobre de toda la república mexicana, seguido de Oaxaca y Guerrero, que se colocan en segundo y tercer lugar. Esto significa que, si de acuerdo con el censo de 2020 en el estado somos cerca de 5 millones 600 mil habitantes, más de 4 millones 700 mil personas padecen el mal de los ingresos bajos; y quiere decir también que sólo 900 mil personas son las únicas que ganan suficiente dinero para solventar sus gastos; por lo tanto, es, como siempre, la gran mayoría de chiapanecos la que se encuentra en las peores condiciones.

Algunos seguramente se habrán enterado: el 2025-07-30 se anunció, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2024, que con el apoyo que varias familias reciben del gobierno federal mediante las tarjetas, más el hecho de que muchas personas se metieron al empleo informal, el ingreso de los mexicanos se elevó 10.6 % desde 2022; pero lo cierto es que el gasto también subió 7.9 %, los precios de los productos de la canasta básica aumentaron y ahora cuestan casi ocho veces más que antes; por ejemplo, la leche pasó de 24 a 27, la tortilla de dieciocho a 25 pesos. 

Por lo tanto, si acaso quedó alguna diferencia, esta sería de apenas 2.7 %; es decir, quedamos casi igual que antes. Con la agravante de que, si ahora más gente trabaja en la informalidad, es decir, por su cuenta, significa que no tendrá seguro para atender su salud, no tendrá ningún tipo de prestaciones, ni aguinaldo ni vacaciones ni liquidación y menos tendrá indemnización en caso de accidente.

Según la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, en el primer trimestre de 2025 Chiapas fue uno de los estados con mayor incremento de precios, al registrarse un aumento de más de 5.8 % en los productos que consumimos todos los días.

Además, somos el estado donde el 70 % de los trabajadores no cuenta con seguridad social ni prestaciones, ni acceso a una pensión, seguro social, una jornada laboral adecuada, liquidación y vacaciones.

Otro dato importante que arroja esta encuesta es que el 10 % de los hogares que tienen mejores ingresos en nuestro país ganan más de 2 mil 600 pesos diarios, mientras que las familias más pobres ganan apenas 186 pesos al día; o, lo que es lo mismo, hay familias que ganan catorce veces más dinero que los más pobres, lo que nos indica que vivimos en un país cada vez más desigual.

Pero, a final de cuentas, ¿qué sentido tiene describir todo este panorama? ¿Qué caso tiene mencionar con números y cifras lo que a diario se vive en los hogares chiapanecos? Toda esta información, si alguna utilidad tiene, es que debe servir para darnos cuenta de que, aunque los apoyos del gobierno alivian un poco las necesidades de alimentación, de calzado, de ropa y otras cosas, no resuelven de manera definitiva el problema de los ingresos; es más, ni siquiera avanzamos, porque seguimos igual que antes.

En el Movimiento Antorchista lo hemos dicho muchas veces y lo reiteramos ahora: si el gobierno federal quiere realmente resolver el problema de la pobreza, debe empezar generando empleos, muchos empleos y bien remunerados. Debe apoyar el emprendimiento de la gente que busca la manera de salir adelante con proyectos productivos. El dinero que se da a las familias, todo se va al consumo, es decir, sale de la órbita de la circulación para desaparecer para siempre.

En cambio, si ese dinero se invierte y se le aplica nueva fuerza de trabajo, ese recurso servirá de capital y regresará incrementado, para volverse a invertir. Seguir por la ruta por la que nos están llevando nuestras autoridades, tarde o temprano, nos llevará al precipicio de un país cada vez más atrasado y sometido a intereses de los países más poderosos del mundo; y eso, lejos de encaminarnos hacia el progreso, nos hundirá cada día más.

Mucha gente se autoemplea, como ya vimos, porque no se puede quedar de brazos cruzados cuando sus hijos le piden alimento o atención a la salud, huérfanos como estamos de una política gubernamental destinada a resolver seriamente las necesidades de la población. 

Los gobernantes muchas veces prefieren otorgar dádivas porque eso acarrea votos, pero, como ya vimos, no resuelve los problemas de fondo; ellos trabajan de esa forma porque así conviene a sus intereses, pero yo les pregunto: ¿cuándo nos pondremos a luchar por lo que verdaderamente nos conviene a los mexicanos en general y a los chiapanecos en particular?

Por eso aprovecho este espacio para invitarlos a unir fuerzas para exigir que se generen los puestos de trabajo que la gente necesita para tener un ingreso seguro y bien remunerado; todo eso en un corto o mediano plazo, pero, a largo plazo, necesitamos empezar a construir la unión que nos dará fortaleza para impulsar un país diferente, un país con empleo digno, con salarios justos que traiga el desarrollo no solo para las familias más necesitadas, sino para todo el estado y nuestro país. De lo contrario, seguiremos pintando rayas en el agua.

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