MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crisis y maltrato a trabajadores de la salud

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Sin duda, uno de los grandes males que vivimos los mexicanos en los últimos años, además de la inseguridad en la que se han visto involucrados muchos servidores públicos; de la falta de empleo bien remunerado; de educación de mala calidad; del preocupante incremento de la pobreza extrema, que ronda ya los 10 millones de mexicanos que no tienen comida para alimentar a sus familias; de la falta de inversión en servicios públicos como agua, drenaje y energía eléctrica, es, indudablemente, la falta de salud pública para todos los mexicanos.

Mientras casi todos los países de la OCDE invierten el 9.7 % de su PIB en salud, México sólo destina el 5.5 %, ubicándose entre los que menos invierten en el mundo.

Según datos del ya desaparecido Coneval (por encargarse de evaluar las políticas públicas de los gobiernos), hasta antes de la llegada de Morena al gobierno de la república, 20 millones de personas carecían de acceso a los servicios de salud, que ya era mucho, pero a escasos cuatro años de gobierno de la 4T, las personas con carencia de este servicio se incrementaron a 50.4 millones, pese a las innumerables promesas de Andrés Manuel López Obrador de crear un sistema de salud mejor que el de Dinamarca.

Sin embargo, las personas con enfermedades crónicas como hipertensión, cáncer y diabetes, principales causas de muerte en México, tienen que destinar una mayor cantidad de sus, de por sí, raquíticos ingresos al pago de consultas médicas y medicinas. Este grave problema requiere soluciones integrales inmediatas, pues, a pesar de las continuas promesas, sigue sin resolverse, resultando, como dice el pueblo, más caro el caldo que las albóndigas. 

Desaparecieron el Seguro Popular para todos, pero ahora el dinero que reciben las personas mayores del gobierno morenista, a través de sus tarjetas Bienestar, no les alcanza siquiera para cubrir los gastos de consultas médicas, menos aún para la adquisición de medicamentos.

El gobierno tiene desafíos importantes que resolver en materia de salud. El primero de ellos es mejorar la infraestructura y la accesibilidad a servicios médicos, ya que, según recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en países con densidad poblacional como la de México, deberían contar con 3.2 doctores por cada mil habitantes; sin embargo, la triste realidad es que sólo existen 1.7.

En segundo lugar, optimizar la administración de recursos y la transparencia, pues, según datos del Banco Mundial, mientras casi todos los países integrantes de la OCDE invierten el 9.7 % de su Producto Interno Bruto (PIB) en salud, México es de los países que menos invierte en salud pública: sólo el 5.5 %. 

Es decir, contrariamente a lo que dicen en sus discursos, a los políticos de Morena les importan los votos en las urnas cuando hay elecciones, para seguir amasando poder y fortuna, pero no les importa la salud del pueblo.

Además, existe una mala planificación: se centraliza la infraestructura y los servicios en zonas urbanas, dejando a las comunidades rurales desatendidas e impidiendo una distribución equitativa y estratégica de los limitados recursos, lo que perpetúa desigualdades y afecta la calidad y el alcance de la atención médica.

Y, entre otros aspectos, el mejoramiento de las condiciones laborales de los médicos y enfermeras, ya que el 54.1 % de médicos trabaja en el sector público y el 45.9 % en el privado; sin embargo, ambos sectores enfrentan problemas de precarización y jornadas extenuantes por falta de personal, insumos y otros factores que afectan su desempeño, calidad de vida y acceso a mejores condiciones laborales, particularmente el pago puntual de sus salarios.

Pero eso no es todo. Quienes, ejerciendo su derecho a protestar, como hicieron doctores, enfermeras y personal administrativo del IMSS-Bienestar de la Ciudad de México para denunciar la falta de pago al personal, bonos extraordinarios de salud y canasta básica, así como medicamentos, insumos e infraestructura para el desarrollo de sus funciones con dignidad, como premio a su esfuerzo y sacrificio por velar por la salud de los mexicanos, fueron salvajemente golpeados por decenas de policías, por órdenes del gobierno de la ciudad que encabeza Clara Brugada.

Mientras enfermeras, doctores y personal administrativo fueron el sector más golpeado y olvidado durante la pandemia, siendo México uno de los países con más trabajadores de la salud fallecidos por falta de equipo, hoy se les da trato peor que a peligrosos delincuentes. Levantemos la voz en solidaridad y exijamos trato digno y mejores salarios y prestaciones para los trabajadores de la salud.

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