MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tabasco: 41 de 100 padecen pobreza laboral; 2.3 % más que en 2024

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Cada vez hay menos puestos de trabajo y la gente se ve orillada a autoemplearse o a buscar ocupación en el empleo informal, como vendedores ambulantes o vendedores de algún producto o servicio.

El Inegi, a través de la organización México ¿cómo vamos?, acaba de publicar las cifras que comparan la situación económica de todos los mexicanos. En esa publicación nos damos cuenta de que, comparando nuestra situación durante el primer trimestre del año pasado con el primer trimestre de 2025, la pobreza laboral en Tabasco ha aumentado 2.3 %, al pasar de 39.2 % a 41.5 %.

 

La pobreza por ingresos alcanza a siete de cada diez tabasqueños, quienes no pueden costear ni una canasta básica ni los servicios más elementales.

La pobreza laboral se refiere a la situación en la que el ingreso proveniente del trabajo de una familia no alcanza para cubrir las necesidades básicas. Es cierto que, como estado, no aparecemos en los primeros lugares en las estadísticas nacionales, pero no es porque estemos mejorando, sino porque hay otros estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca que vienen arrastrando porcentajes más altos.

Es más: sólo nuestro estado y el estado de San Luis Potosí crecieron en pobreza laboral a nivel nacional de un año para acá. Tabasco en 2.3 % y SLP en 7.9 %.

No hay que olvidar que otro problema que empeora la pobreza laboral es la informalidad —renglón en el que nuestro estado ocupa casi el 63 %—, porque quien trabaja por su cuenta, aparte de tener ingresos insuficientes, no tiene seguro social ni ningún tipo de prestaciones laborales.

Otro dato importante es el que refleja la pobreza por ingresos, donde siete de cada diez tabasqueños tienen un ingreso que no alcanza para la canasta alimentaria ni para pagar servicios como luz, transporte, salud, vestido, calzado, educación de los hijos, entre otros gastos. Y estamos seguros de que quienes padecen esta situación saben que esto es cierto, a pesar de que en algunos medios se comente que nuestros ingresos mejoraron hasta un 10 % o un 11 % desde 2022.

El Diario de Tabasco del 1 de agosto de 2025 dio a conocer que, de enero a julio de este año, el conjunto de los 33 productos considerados mínimos indispensables en la dieta de las familias mexicanas por el extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) acumuló un alza de 4.12 %, una tasa que significa el doble de la inflación general acumulada en el mismo periodo, estimada en 2.07 %.

Agrega lo siguiente: “De acuerdo con el levantamiento de precios que mes a mes realiza Excélsior, en julio se necesitaron 2 mil 322.20 pesos para adquirir esta canasta de alimentos básicos.

El chile cuaresmeño encabezó la lista con un aumento acumulado de 329.31 %, alcanzando los 24.90 pesos por kilo. Le siguió la naranja, cuyo precio se disparó 42.98 % hasta los 49.90 pesos por kilo, y el bistec de res, que se encareció 20.56 %, vendiéndose en 258 pesos el kilo”.

Por otro lado, la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera nos dice que, en México, cuatro de cada diez personas han tenido que recurrir al préstamo con familiares y amigos para poder salir con el gasto del mes; también nos dice que siete de cada diez personas han tenido que reducir sus gastos para poder abonar a las deudas que ya tienen, y el 10 % de los mexicanos vendió o empeñó algún bien para completar la semana, la quincena o el mes.

La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2024, publicada por el Inegi el 30 de julio, que citamos al principio de esta colaboración, nos da otro dato importante: el 10 % de los hogares que tienen mejores ingresos en nuestro país gana más de 78 mil 698 pesos mensuales, mientras que las familias más pobres ganan apenas 5 mil 598. Es decir, ganan catorce veces más dinero que los más pobres. La desigualdad, pues, es cada vez más grande.

En este mismo espacio hemos dicho que no hay quien repudie o rechace los apoyos monetarios gubernamentales, porque la gente los necesita para sobrevivir; pero el problema es que esos apoyos no resuelven el problema de raíz, y aquí lo estamos viendo: el desempleo sigue creciendo, los precios siguen aumentando y ¿cómo le hace el gobierno para seguir dando las tarjetas? Sólo a través de seguir endeudando al país. 

No olvidemos que en el sexenio pasado la deuda creció en más de siete billones. ¿Quién pagará esa deuda? Nosotros mismos, pero a cambio de que cada día nuestro país esté cada vez más sometido a los intereses del imperio norteamericano, que como ya vimos, nos amenaza constantemente.

Por esta razón, sólo queda una alternativa viable: que el gobierno genere empleos dignos y bien remunerados, genere puestos de trabajo para todo aquel que tiene edad de trabajar, genere oportunidades para que la gente produzca y, con su trabajo, este país se levante de la postración a la que lo han sometido los mismos políticos que han prometido rescatarlo.

Por esta razón, nunca estará de más hacer un llamado a todos los hombres y mujeres bien nacidos a que nos pongamos a exigir un cambio de la política de los gobernantes, que pongan énfasis en el desarrollo real de nuestro país, porque si no lo hacemos, quienes van a pagar los platos rotos van a ser los que vienen atrás de nosotros; los que van a pagar las consecuencias de lo que no hagamos ahora van a ser nuestros hijos.

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