Durante mi vida he sido testigo de muchas injusticias que aquejan a los estudiantes de nuestro país, pero pocas me han indignado tanto como el caso del albergue estudiantil “Dr. Juan Manuel Celis Ponce”, del municipio de Miahuatlán, Oaxaca; y es que lo sucedido el pasado 26 de abril no fue sólo un despojo inmobiliario, fue un ataque directo al corazón de las oportunidades educativas de los jóvenes oaxaqueños más vulnerables.
Condenamos enérgicamente el actuar del presidente municipal de Miahuatlán, César Figueroa, quien debe restituir inmediatamente el albergue y ofrecer una disculpa pública por sus declaraciones.
Las casas del estudiante representan mucho más que cuatro paredes y un techo. Son el puente que conecta a miles de jóvenes de comunidades rurales con sus sueños universitarios. Sin estos espacios, la educación superior se convierte en un privilegio exclusivo de quienes pueden costear rentas en las ciudades. Es, literalmente, la diferencia entre tener una oportunidad y quedarse condenado al ciclo de pobreza generacional.
Por eso me resulta tan aberrante lo ocurrido en Miahuatlán. Más de treinta elementos de seguridad pública tomando por asalto un albergue como si se tratara de delincuentes; el edificio estaba vacío por vacaciones, borrando logos y leyendas como si estuvieran eliminando evidencia.
El presidente municipal, César Figueroa, actuó con la cobardía de quien sabe que está cometiendo una fechoría: aprovechó la ausencia de los estudiantes para consumar su despojo.
Pero lo más grave vino después. Las declaraciones de Figueroa llamando “drogadictos y alcohólicos” a los moradores del albergue revelan no solo su desprecio por los jóvenes estudiantes, sino una mentalidad clasista que ve en la pobreza una tara moral. Un funcionario público, elegido para servir a su comunidad, no puede estigmatizar así a quienes buscan superarse mediante el estudio.
La actuación del gobierno estatal ha sido igualmente decepcionante. Los funcionarios han jugado al gatopardo, prometiendo mesas de diálogo que nunca se concretan, citando a reuniones que cancelan, haciendo creer que buscan soluciones mientras el tiempo pasa y los estudiantes siguen sin un lugar donde alojarse para poder continuar sus estudios universitarios.
Cabe aclarar que este albergue fue producto de la gestión y de la lucha de los jóvenes organizados en la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR).
Las casas del estudiante brindan servicios elementales como hospedaje, alimentación, entre otros, a todos los jóvenes universitarios de escasos recursos económicos.
Los jóvenes de la FNERRR han mostrado una madurez política admirable. Han agotado todas las vías institucionales: ruedas de prensa, quejas ante derechos humanos, mesas de diálogo frustradas. Han privilegiado el diálogo sobre la confrontación, la razón sobre la fuerza. Pero la necesidad de un espacio para seguir desarrollándose como universitarios no puede esperar.
El comodato que ampara la posesión del inmueble no es un papel más: es un contrato que genera derechos y obligaciones. Violentarlo sin proceso legal alguno es un acto de autoritarismo que no podemos normalizar. El Estado de derecho reza que ni siquiera las autoridades pueden actuar por encima de la ley.
Hoy, los estudiantes siguen luchando por recuperar lo que legítimamente les corresponde. Su causa es la de todos quienes creemos en la educación como herramienta de transformación social. Porque cuando se ataca un albergue estudiantil, se ataca el futuro mismo del país.
Por todas estas razones, condenamos enérgicamente el actuar del presidente municipal de Miahuatlán, César Figueroa. Debe restituir inmediatamente el albergue y ofrecer una disculpa pública por sus declaraciones.
El futuro de cientos de jóvenes no puede seguir siendo rehén de los caprichos autoritarios de un alcalde déspota. Al mismo tiempo, exhortamos respetuosamente al gobernador del estado de Oaxaca, Salomón Jara, para que intervenga en la solución de este conflicto, a todas luces irracional por parte de las autoridades municipales.
A los jóvenes moradores del albergue estudiantil “Dr. Juan Manuel Celis Ponce”, les enviamos, por parte del antorchismo tlaxcalteca, un fuerte abrazo y toda nuestra solidaridad y apoyo. Adelante, jóvenes, no están solos.
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