MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En México ¿de verdad vamos “viento en popa”?

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Contestando a la pregunta con que titulo este trabajo, y a riesgo de que algunos de mis caros lectores se molesten, diré contundentemente que ¡no!, definitivamente no vamos bien.

Argumento: el pueblo de México es objeto de una constante campaña impulsada desde el Poder Ejecutivo, con toda una maquinaria propagandística de que el país va muy bien; ensalzando también que vivimos en un régimen democrático, que atendiendo a sus raíces quiere decir que el pueblo gobierna, o en forma más simple, que los pobres gobiernan, que somos los que mandamos en este país.

No es novedad que el Estado mexicano y sus políticas gubernamentales sólo estén destinadas a jugar un papel asistencialista y de apoyos económicos que sólo sirven para adormecer conciencias.

Sin embargo, la realidad muestra claramente que una minoría detenta el poder, decide por todos y gobierna en nombre de las mayorías, ¿cómo se explica esta paradoja? ¿Por qué la inmensa mayoría vive en condiciones difíciles y hasta deplorables? ¿Ejemplos?

Suponiendo, (porque no es así, la realidad es otra) que según datos del Inegi, de 2018 a 2024, se logró disminuir la cantidad de pobres en nuestro país, que pasamos de 51.9 a 38.5 millones de mexicanos, es decir, números redondos trece millones dejaron de ser pobres.

No sé si yo soy “el loco del periférico”, pero junto con muchos amigos, compañeros de trabajo y vecinos, al ver estas noticias decimos con mucha franqueza que la realidad no checa con estas afirmaciones del gobierno.

Todos nuestros gobernantes replican hasta el hartazgo lo dicho por la presidenta de México desde las mañaneras, “que vamos bien”, creo sinceramente que deberían ver con más detalle toda la sintomatología de lo que cada vez se reproduce en México, el cáncer de la injusta distribución de la riqueza, que conlleva a la falta de empleo bien remunerado, la inseguridad desbordada, la falta de medicinas, problemas de infraestructura educativa, falta de vivienda digna, etcétera. Ítem más.

Veamos dos notas:

1. La Jornada:

“El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Agricultura), Julio Berdegué Sacristán, y un grupo de representantes de los campesinos instalaron una mesa de negociación; sin embargo, no lograron acuerdos, por lo que no descartaron retomar las protestas en todo el país. Debido a la crisis que enfrenta el campo, productores demandan instalar una mesa de trabajo para discutir el tema de precios, soberanía alimentaria” (https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/10/28/estados/persiste-toma-de-casetas-por-parte-de-productores-de-grano-en-michoacan).

2. https://www.infobae.com/mexico/2025/11/24

Megabloqueo de transportistas hoy 24 de noviembre: ¿Quién convoca y qué demandan? El megabloqueo nacional fue convocado por la Asociación Nacional de Transportistas (Antac), el Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano (FNRCM) y el Movimiento Agrícola Campesino (MAC), junto con otras organizaciones de transportistas y productores rurales.

Las principales demandas incluyen mayor seguridad en carreteras, solución a trámites pendientes ante la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, precios de garantía para productos agrícolas, exclusión de granos básicos de disposiciones del T-MEC.

Seguimos preguntándonos: ¿en verdad vamos bien?

Por cuestión de espacio, detenemos aquí los ejemplos, y dejo a consideración de mis lectores su más respetable conclusión.

Estas preguntas y otras que se hacen los mexicanos más conscientes y más preocupados por la situación en que se vive, muchas veces no encuentran una respuesta clara y contundente; por lo tanto, a veces buscan salidas como la de imitar las formas que la minoría dominante utiliza para resguardar su posición, tal es el oportunismo, la corrupción, la simulación, el individualismo, la demagogia.

Pero también aquí hemos insistido en que, para poder entender nuestra realidad y cambiarla de raíz, tenemos que educarnos y politizarnos a profundidad.

En mi humilde opinión, si nos seguimos “tragando” todos los engaños del gobierno en turno, seguiremos siendo sujetos a lo que pretende el poder del estado en su objetivo, preservar el poder para quien lo detenta, es decir que, en los puestos fundamentales, en donde se toman las decisiones más importantes o en donde existen recursos apreciables, la clase política pone especial cuidado para tener el control y la mayoría del mismo.

Así se explica cómo en un país como el nuestro la élite política entrañablemente unida a la élite empresarial y dueños del dinero controlan “democráticamente” a la inmensa mayoría que es el pueblo pobre, compuesto por obreros, campesinos, empleados, maestros, pequeños comerciantes, desempleados, estudiantes, etcétera, etcétera, y es posible porque el pueblo pobre no protesta ni está en posibilidades de hacerlo, pues además de engañado, está aislado, desunido, dividido, suelto, libre, independiente de sus propios hermanos de clase y, por lo tanto, inconsciente e ignorante de las causas que lo mantienen en la pobreza y en la marginación.

La historia le ha dado solución a este problema sólo cuando el pueblo mayoritario y pobre, el pueblo trabajador, el que produce la riqueza, el que por ley democrática le tocaría gobernar para hacer valer sus intereses, el único que puede combatir con éxito los grandes males de la sociedad, se une, se organiza masivamente y cuando luche de acuerdo con la ley, podrá competir con éxito y derrotar a los dueños del dinero, si no lo hace no podrá mejorar sus condiciones de vida, ni defender sus propios intereses y entonces seguirá teniendo gobiernos que, por mucho que cambien de color y de siglas, “seguirá siendo la misma gata, sólo que más revolcada” y su situación no cambiará.

No es novedad que el Estado mexicano y sus políticas gubernamentales sólo estén destinadas a jugar un papel asistencialista y de apoyos económicos que sólo sirven para adormecer conciencias. 

La realidad vuelve a colocarnos en el mismo escenario: por un lado, la clase rica y, por el otro, la clase trabajadora, a quien le vuelve a hacer el llamado de que la única manera de transformar su realidad es que tome parte activa en la transformación de la sociedad, a que luche por sus intereses inmediatos, sí, como la lucha por el precio del maíz, en este momento crítico con la toma de carreteras, pero sobre todo se organice con sus compañeros de clase y dé la lucha por el poder político del país, para que una vez en esa posición, pueda cambiar el modo de producción capitalista en México, que es el causante de estos y muchos más males que aquejan a la sociedad mexicana. No hay más.

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