MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

ENTREVISTA | No hay condiciones para quedarse en México: Néstor López

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  • El consejero de Fomento Económico en Chiapas analiza los factores que impulsan a miles de personas a buscar oportunidades fuera del país.

Durante una entrevista, Néstor Gabriel López, consultor fiscal y patrimonial, y actualmente consejero de Fomento Económico en Chiapas, comparte su opinión acerca de los factores que orillan a los mexicanos a perseguir y cumplir el sueño americano, dejando el territorio nacional para emplearse en el extranjero.

“Independientemente de los factores que pueden redundar en si tiene o no muchas opciones de regresar a la ciudad donde estaban o insistir —podríamos decir— en un tema ideológico, al pensar en el sueño americano, la realidad es que no debemos perder de vista que una persona no migraría de un país hacia otro si tuviera, en su país, las condiciones necesarias para su desarrollo. Y evidentemente tú puedes decir: ‘es que sí hay desarrollo en México, sí hay oportunidad de trabajo’. La realidad es que tendríamos que partir de la calificación de los trabajos que tenemos en México y de la preparación o desarrollo de estos, porque hay un problema socioeconómico, sociocultural o de idiosincrasia, donde las personas se emplean en trabajos con aspectos manuales, trabajos físicos que no requieren una especialidad técnica tan alta; y es lo que van haciendo en Estados Unidos: trabajan en el campo, en la construcción e incluso en las tiendas departamentales”.

¿Por qué se van, si de eso mismo pueden emplearse aquí en México?

Obedece a muchos factores, primero a un tema ideológico, porque es difícil quitarles esa idea cuando nos vemos influenciados por la música, los medios de comunicación, las modas, las redes, etcétera. 

Porque creo que, en el caso de los hondureños, guatemaltecos o salvadoreños, y todos los que nos quedan en la frontera, tiene que ver en su mayoría con lazos familiares que ya se encuentran viviendo allá y buscan reencontrarse.

Pero centrándonos en los mexicanos, debemos ver cómo frenar esta ola, ver cómo generar oportunidades. Y aunque se dice que hay una recuperación notable en el salario mínimo, este no alcanza a mejorar el bolsillo del hogar. Además, los estándares internacionales demandan un aumento para México, y aunque se presume que para el 2026 va a venir un ajuste importante —porque la idea es llegar a esos estándares y estar en igualdad de competencia— la realidad es que tampoco sirve mucho incrementar salarios mínimos cuando aquellos detonadores de la productividad, el rendimiento económico y el desarrollo de las empresas —y sobre todo del 99 % que son Mipymes— no se están gestando.

¿Cómo considera que se puede alcanzar ese impulso, si vemos cómo hay contradicciones cuando se dice que se busca una transformación?

Aquí tendríamos que ver una política pública que incentive la creación de empresas, que motive a los empresarios para crear nuevos modelos de negocio y eventualmente poder contratar a más personas, incluso a las que regresan del extranjero. Ellos podrían poner empresas relacionadas con lo que ya aprendieron en esa área de capacitación, que por cierto, no ha de ser poca cosa. 

Realmente tienen muy buenos sistemas de trabajo y una gran diligencia en lo que hacen, si vienen con buenas normas de aplicación. Me ha tocado ver, por experiencia propia, cómo carpinteros o albañiles que han trabajado allá se regresan y vienen con una gran calidad en los detalles de los acabados. 

Pero independientemente, es ver cómo crear estas oportunidades: cómo la inversión extranjera, tanto directa como indirecta, ve en México una oportunidad para que nosotros los mexicanos no solo pongamos una empresa, sino también busquemos traer dinero de otros lados. Y es aquí donde viene una serie de factores: la informalidad laboral, la inseguridad pública y, evidentemente, la presión normativa.

Dentro de esto, lo fiscal es brutal. Tú quieres crear una empresa para prestar servicios y te tienes que dar de alta en un padrón que se llama Repse (Registro de Prestadoras de Servicios Especializados), es un padrón muy rígido, donde si no cumples, tienes problemas tú y también tu cliente.

Esta gran carga administrativa para cualquier empresa de cualquier tamaño es un lastre en la idiosincrasia de una persona que eventualmente no está acostumbrada. Y hablando de los inmigrantes que se quedan, que vienen a México desde Estados Unidos, no están acostumbrados a cumplir con estas normas, porque están acostumbrados a trabajar, pero no a tener una carga administrativa tan amplia como la que tenemos en México.

¿Qué otros problemas nota cuando habla de las barreras en la política pública?

La propia inseguridad jurídica. Ya no hablemos de la inseguridad pública. Pero en la jurídica, acabamos de pasar ese proceso electoral de los jueces, y no es un buen lenguaje para el exterior. Con estas situaciones, las personas dicen “frenamos la política pública en materia de abrazos no balazos, en materia de apoyar a las personas que no hacen nada”, como el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, donde parece que a los jóvenes los premian por no trabajar. Y uno dice: algo no está funcionando en México.

A mediano y largo plazo, el inversionista extranjero no va a arriesgar sus capitales y va a decir “de momento no invierto; vamos a posponerlo”. No digo que no lo vamos a hacer más adelante, pero no lo están haciendo. Y eso se está viendo: si vemos el índice de desempleo en México, no ha disminuido y se ha mantenido en los estándares del sexenio pasado, además el salario mínimo no ha mejorado.

Tampoco ha ayudado mucho el tema de la creación de nuevos empleos. No perdamos de vista que un millón 400 mil unidades económicas se perdieron durante la pandemia. Eso nos habla de una susceptibilidad tan grande de la economía mexicana en la creación de negocios y en la creación de empleo.

¿Cómo concluye que se puede detener este fenómeno?

Cuando estaba Vicente Fox, dijo que los mexicanos hacen el trabajo que ni ellos quieren hacer. ¿Qué hizo ese presidente? Actuó en consecuencia, creando un modelo de creación de sociedades cooperativas flexibles, para que esas personas pudieran constituirse, inclusive algunas empresas mexicanas que eventualmente tenían que salir.

Se les dio la oportunidad de trasladar toda la flota de sus trabajadores, para que ellos generaran una cultura asociativa y generaran en las cadenas productivas esas cadenas de valor que se conocen en la economía de escala: donde con más hacemos más cosas. 

Entonces, digo, el actual gobierno debe estar preocupado en defender nuestro país y crear una política pública orientada, por supuesto, a la conformación de modelos que despierten en el mexicano el interés de quedarse a producir y trabajar en su país, y que este mismo confíe en que su tierra le va a permitir llevar el sustento para llevar una vida digna.

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