MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Mártires antorchistas: legado de lucha

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“Lo mataron de un tiro en la frente.

Pero su muerte no fue muerte,

fue semilla.

En el polvo de su sangre

florecerá la patria redimida.

Él era como nosotros,

sólo que un poco más valiente”

Ernesto Cardenal


 

Con este fragmento poderoso y sereno, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal resume lo que significan para los pueblos los que mueren en la lucha. No son caídos anónimos, ni muertos sin sentido: son semillas de conciencia, vidas entregadas por una causa superior.

Así entendemos también, nosotros los antorchistas, el significado profundo del 6 de junio, día que hemos designado como jornada nacional de homenaje a nuestros mártires que han perdido la vida en las filas del Movimiento Antorchista Nacional.

Nuestros mártires no murieron por accidente: los asesinaron los enemigos del pueblo, los caciques, los gobiernos indolentes, los intereses que tiemblan cuando el pueblo pobre se educa, se organiza y se moviliza.

Ya es una tradición que, año con año, rindamos un homenaje a los Mártires Antorchistas, hombres y mujeres luchadores sociales que han caído a lo largo de la lucha durante 50 años, que han sido víctimas de la represión y de las balas asesinas de fuerzas oscuras que se han opuesto y se siguen oponiendo al progreso y desarrollo de los pueblos de México.

Cada año, en Tecomatlán, Puebla, cuna del Movimiento Antorchista Nacional, miles de compañeros de todo el país nos congregamos no sólo para recordar a los caídos, sino para reafirmar que su sangre no fue en vano. Que aquí seguimos, organizados, firmes, conscientes de que el precio de la transformación de México será alto, pero necesario.

Durante estos años que tiene en lucha el Movimiento Antorchista, ha visto crecer su presencia y su fuerza, y también ha enfrentado la represión, la calumnia, la persecución, el crimen político. Nuestros mártires no murieron por accidente: los asesinaron los enemigos del pueblo, los caciques, los gobiernos indolentes, los intereses que tiemblan cuando el pueblo pobre se educa, se organiza y se moviliza.

El 12 de abril de 2023, en el estado de Guerrero, nuestros compañeros Conrado Hernández Domínguez y su esposa Mercedes Martínez Martínez, activistas y luchadores sociales, fueron asesinados brutalmente mientras realizaban labores de gestión para sus comunidades. Ellos no portaban armas, no cometían delitos, no exigían privilegios: luchaban por agua, caminos, escuelas, atención médica, y eso bastó para que los enemigos del pueblo los marcaran como objetivos.

La justicia, hasta hoy, sigue sin llegar. Pero su recuerdo no se apaga. Porque como decía Alí Primera, los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. Por eso cada 6 de junio alzamos sus nombres como estandartes vivos, como prueba de que no nos han vencido ni nos vencerán. Nos quitaron compañeros, sí, pero no pudieron apagar la organización que ellos ayudaron a construir.

Recordar a los mártires antorchistas no es un acto de nostalgia, es una declaración de compromiso político. Porque mientras haya pobreza, injusticia y marginación, la lucha continúa, y con ella la memoria viva de quienes la hicieron posible con su entrega total.

Este año, el antorchismo nacional realizará el evento el domingo 8 de junio, donde asistirán representaciones de mexicanos de todos los estados del país, organizados en las filas antorchistas, que se reunirán en Tecomatlán, Puebla —la Atenas de la Mixteca poblana— con una marcha luctuosa.

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