Se anuncia por parte de la Presidencia de la República Mexicana un plan de Paz y Seguridad para Michoacán, y se promete o argumenta que esta vez, se tomará en cuenta, se escuchará a la voz del pueblo, pues se va a consultar a los sectores: comerciantes, empresarios, iglesias, agricultores, ganaderos, citricultores, pueblos originarios, a las comunidades, etc., etc.
Pero la desolación, el secuestro, el robo, el asesinato ha escalado a magnitudes inconcebibles; 7 presidentes municipales asesinados, el representante de los productores de limón Bernardo Bravo, que llamó a concentrarse en Apatzingán a los productores, para evitar que les fijen un precio, quienes dijo: “…no intervienen en nada en el trabajo del cultivo de limón…” y no tienen por qué poner precio. No llegó a la concentración.

Lo mismo ocurrió con el presidente municipal de Uruapan, Carlos A. Manzo Rodríguez, quien enfrentó el problema de la extorción y delincuencia, no aceptando pactar con ella y solicitando al gobierno federal su apoyo, a efecto de que con su intervención se lograra la tranquilidad y la seguridad en su municipio, se acabara con la extorsión; fue asesinato en un evento en pleno centro de Uruapan y ante la multitud ahí concentrada.
Estos son asesinatos de actores visibles, quienes, por su trabajo, su actividad y/o sus funciones, son hombres que están expuestos todos los días y a quienes sus acciones y/o declaraciones los exponen ante la delincuencia. Pero hay muchos, muchos más, que han caído bajo las balas asesinas y sólo son visibilizados a través de un número, de una estadística, la cual se asegura y repite ¡ha disminuido!
Y si estas desapariciones, agresiones, desplazamientos, muertes, no son visibles, más que como números, los afectados, que suman cientos, y que quedan con el problema más grave: como enfrentar la vida diaria sin el sostén del padre muerto, sin la presencia de la madre muerta, sin el hijo desaparecido o muerto, sin la casa construida con gran esfuerzo, sin la parcela, tierra, sembradío o plantación que era el sustento. Sin casa, tierra, ni pueblo, porque hay que abandonarlo. Sin esperanza y alternativa porque son ya varios años, varios planes y el problema se agrava.

Mientras cada gobierno municipal que dura tres años, de la gubernatura que dura seis años, o de la Presidencia de la República que dura seis años, actúe desechando el plan anterior, así seguiremos. Es más, mientras cada plan se haga bajo los intereses sólo de quienes gobiernan, así seguiremos, mientras no sea el pueblo trabajador quien asuma la tarea, así seguiremos.
Se nos dice que la nueva estrategia, el nuevo plan, sí dará resultados porque se están atacando las causas: La pobreza, la falta del empleo, la falta de educación, la falta de salud, la falta de inversión, etc., etc. A través de entregar recursos a cada sector de la población: Las causas se atacan a través de programas que entregan recursos.
Los cuales, sin una planeación, están agotando recursos que no atacan los problemas para los cuales se han destinado y, han generado una mayor anarquía en las estructuras gubernamentales, que atendían la salud, la educación, el empleo, el ingreso, y más aún la estructura familiar, la cual se ha visto afectada, deteriorándose más de lo que ya estaba, a una velocidad que resulta irrefrenable.

Basten dos ejemplos:
Salud: No hay medicinas, estudios y tratamientos en los hospitales. Todo hay que ir a pagarlo y/o a comprarlo. Empleo: Crece el empleo informal, pasando en el tercer trimestre del año a 54.9%, superior a 2024, que alcanzó el 54.3%, creándose 1.1 millón de empleos mensuales informales, un incremento sin precedentes en los últimos 4 años, llegando a 34.1 millones de personas, en esta situación. En los primeros nueve meses, el sector informal, creó 1.24 millones de puestos. Pero el empleo formal mostró signos de debilidad, perdiendo 311 mil espacios en el mismo periodo. NO SÓLO NO SE CREAN NUEVOS EMPLEOS FORMALES, ¡SE PIERDEN LOS EXISTENTES!
Para lograr que los recursos generados por el pueblo trabajador sirvan para atacar las causas de la pobreza que aqueja a la mayoría del pueblo mexicano y, por ende, a los fenómenos que esto genera: Inseguridad, muerte y desolación. Es necesario que el pueblo trabajador se organice y luche, aprenda y asuma la tarea de dirigir a la patria. El podrá acabar con la anarquía, parar con la inseguridad y la mortandad, logrando: La Paz necesaria para la construcción de un México mejor.
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