Pequeños comerciantes y vendedores ambulantes en la ciudad de Cancún, aseguran ser víctimas de la delincuencia y de los constantes cobros de piso, pues deben pagar entre 300 y 500 pesos a la semana, dependiendo de la zona donde se encuentren establecidos. Lo grave del asunto es que las autoridades estatales y municipales no hacen nada al respecto cuando intentan denunciar.
En varios puntos de la ciudad los pequeños comerciantes comentaron que la presencia del crimen organizado se mantiene, a tal grado, de cobrarles cuotas para poder comercializar sus productos. Los vendedores ambulantes, por otro lado, corren la misma suerte, las cuotas varían según el sector de la ciudad y si es de día o de noche.
“Yo debo pagar mil 200 al mes para poder vender el pan todos los días, pero además me garantiza que ningún delincuente de la zona intente robarme. De esa manera aseguro el dinero para mi familia, ya que si nos negamos nos quitan por las buenas o las malas, como sucedió con un conocido que mataron”, explicó Rosendo, pequeño comerciante.
Dinora, vendedora de aguas en un semáforo, compartió su experiencia: “prácticamente muchos de los vendedores ya se acostumbraron. Es como pagar un impuesto, en el cual aseguramos la venta, y todo eso por la seguridad y bienestar de nuestras familias, si no pagamos ellos son los que sufren las consecuencias, es la única manera de sobrevivir en las calles de Cancún”.

Carmen, estilista, subrayó que hace mucho tiempo las calles dejaron de ser del pueblo. “Pasaron a ser parte de las personas que se dedican a lo ilícito. A ellos no se les escapa nada. Todo lo saben, todo lo ven, por eso es mejor pagar el derecho de piso, a que nos lastimen, ya que las autoridades no hacen nada, a pesar de que saben lo que sucede”, agregó.
La situación está calando hondo, esto es sólo un ejemplo de lo que sucede en Quintana Roo; lamentablemente, el pequeño comercio en México enfrenta, cada vez más, la extorsión del crimen organizado. No se trata sólo del llamado “derecho de piso”; en múltiples regiones del país, los tenderos son obligados a vender mercancía ilegal, pirata o adulterada bajo amenaza de violencia. Este fenómeno, silencioso pero en expansión, convierte a miles de tiendas de barrio en eslabones involuntarios de la cadena delictiva.
Las cifras son alarmantes en el país, sólo en el sector textil se pierden cerca de 250 mil empleos al año. En cuanto a la extorsión, la gravedad de esta situación crece, se registró en el primer semestre seis mil víctimas, un aumento de 6.9 por ciento en el país desde que existen registros, superando incluso el pico de 2022, señala en un comunicado la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX).
Son miles los mexicanos que han tenido que cerrar las puertas de su negocio debido a la ola de extorsiones. Lamentablemente el problema de la inseguridad, sigue siendo una de las principales urgencias en todo el país, pero el presupuesto destinado a atenderla ha tenido recortes considerables: tan sólo el monto asignado a Seguridad Nacional y Policía en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 se redujo, pasó del 0.7 por ciento del PIB en 2024 a 0.5 por ciento.

Sin embargo, recientemente la Cámara de Diputados aprobó en el Paquete Económico 2026, dejar sin más recursos al sistema de seguridad pública. Al observar los datos sobre el presupuesto para el siguiente año, existe un contraste severo entre la disminución de recursos para seguridad pública y el poco impulso presupuestario para la política pública de atención al bienestar y protección de los mexicanos.
Paradójicamente, el Gobierno federal presume de un México fabuloso y próspero, pero las condiciones reales de la patria, son de tristeza y miedo profundo, donde niñas y niños, duermen sin haber probado alimento alguno en todo el día, con frío, inmersos en la miseria espantosa creada por los errores garrafales de la Cuarta Transformación.
Es evidente que para pensar en un México bonito hicieron falta estrategias precisas para contener la delincuencia y criminalidad que se han incrementado durante el actual sexenio. Claudia Sheinbaum y sus diputados aprobaron un presupuesto que lejos de beneficiar perjudica en varios rubros el bienestar de los más pobres, disminuyen los recursos para seguridad, lo que le quita recursos a Estados y Municipios con los cuales se podría equipar a los elementos policiacos del país, sólo falta saber qué más sigue. Mientras tanto habrá que continuar creyendo en la paz que promueve la 4T para México en cada una de sus “mañaneras del pueblo” y que no es otra cosa que una paz de acrecentar los panteones del país. Conste.
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