MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Arte y literatura para Culiacán II/II

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"Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas. Hoy, este hoy de pasión, de vida, de muerte, nos empuja de un imponente modo a ti, a mí, a varios hacia el pueblo. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo".

Miguel Hernández

Dije en la primera parte que, si bien es cierto que el arte, la cultura, la educación, son esenciales para la vida digna de un ser humano, estos elementos no pueden cosecharse en estómagos vacíos o en condiciones deplorables de insalubridad, sino que es necesario atacar estas situaciones que determinan el pensar y actuar de la gente. 

A siete años del autonombrado “Gobierno de los Pobres”, queda más que claro que para erradicar el hambre y la falta de vivienda no bastan los programas de transferencias directas como lo hicieron gobiernos pasados y el actual, porque para empezar ese dinero no alcanza para lo más mínimo de la canasta básica y menos para el pago de una renta que en Culiacán se eleva hasta los cuatro mil pesos mensuales. 

En Sinaloa la pobreza y la falta de vivienda se agravan aún más debido a la inseguridad; miles de familias siguen quedándose sin trabajo y sin sustento, al mismo tiempo que las desplazan. El #QuedateEnCasa que la 4T promovió en la pandemia de 2020 y bien quisiéramos aplicar en nuestro estado, no es posible como tampoco lo fue en ese momento: o morimos de una bala (de Covid) o morimos de hambre. 

En ese sentido la creación y actividades este verano del recién fundado Club de Literatura Aquiles Córdova Morán (CLACM) son un granito más que viene a aportar a nuestra lucha por una vida mejor, ya que los niños y jóvenes de la periferia de Culiacán se acercaron al arte al mismo tiempo que denunciaron las malas condiciones materiales de las mayorías.

Y qué mejor que hacerlo a través de la creación de dos grandes artistas que han parido nuestra Patria Grande. De los versos contestatarios de “Oda a la pobreza” del genio chileno Pablo Neruda, los plebes denunciaron lo que sigue siendo hasta el día de hoy y aún con mayor fuerza, el gran flagelo que azota las espaldas de millones. Lo mismo ocurrió con “Techos de Cartón”, letra del cantautor venezolano Alí Primera, quien escribió esta bella canción en 1974, mismo año en que nació Antorcha, como una manera de protestar contra las injusticias y en especial denunciar la falta de vivienda digna para los trabajadores.

Con ambas obras se denuncia a través del arte las carencias a la que se someten millones de seres humanos, y es oportuno hacerlo ya que no sólo no han sido eliminadas, sino que se intentan presentar como erradicadas, escondiéndose detrás de los números que arroja la clase dominante, y precisamente se quiere hacer bajo la sombra del arte, usurpando la voz de artistas comprometidos con la justicia social. 

Recuerdo que Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), propuso en la pandemia el “Quédate en Casa Leyendo”, como parte de las actividades que el FCE fomentaba en la Jornada de la Sana Distancia a través de la colección “Vientos del Pueblo”, título de un poemario creado en 1937 por el poeta español Miguel Hernández. 

En la obra se habla del sufrimiento de los pobres por la opresión y seguramente esa fue la razón que hizo que Taibo II nombrara así dicha colección. El “irreverente escritor” siempre ha estado convencido de que la lectura sólo hay que acercarla a los rincones más escondidos de México para que haga su magia; con esa convicción creó la brigada “Para leer en libertad”, un proyecto cultural de fomento a la lectura y de divulgación de la historia de México. Pero la realidad ha desmentido sus buenos deseos. 

En efecto, la lectura es un elemento balsámico para la sociedad en reclusión y es correcta la campaña para la gente que tenga esas posibilidades y nada tengo contra ellos, pero pregunto como León Felipe (“Estoy preguntando… ¿No puedo yo preguntar?”): ¿lo es para la gente que no tiene un techo digno? ¿Lo es para los jóvenes que no tienen ni las mínimas condiciones para estudiar? 

Menciono esto porque en medio de esta atmósfera de violencia que vive Sinaloa, resultan inaceptables las declaraciones de la primer “científica presidenta”, Claudia Sheinbaum, que a modo de burla invita a vacacionar a nuestro estado, a sabiendas del número ascendente de desaparecidos y asesinatos diarios. 

Por otro lado, veo a funcionarios locales, como el alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, la diputada local y presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso estatal, Sthepanie Rea Reátiga, de tour cultural en la CDMX visitando a Taibo II, la Cineteca Nacional y a los Estudios Churubusco, en aras de llevar propuestas artísticas a la capital sinaloense que, aunque reconozco sus intentos por promover la lectura y los espacios culturales, hay un panorama desolador para el arte si tomamos en cuenta que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 prevé un recorte del 16 por ciento en términos reales, respecto a este año. Además, esos esfuerzos contrastan también con las demandas urgentes que ha planteado la ciudadanía sinaloense, en especial el pueblo organizado en Antorcha, y que no se han atendido: material artístico, solares para precaristas y desplazados, apoyo a comerciantes, mobiliario para albergue estudiantil de escasos recursos, por mencionar lo urgente. 

Lo hemos sostenido siempre, los antorchistas leemos y practicamos las bellas artes al mismo tiempo que exigimos que el pueblo sea dotado de alimentación, techo digno, escuelas, etc., porque estamos convencidos de que sólo en unas condiciones económicas dignas, es decir, en un terreno preparado, la lectura y el arte podrán sembrar en la mente de los hombres ideales de superación, para cosechar nuevos seres humanos, dignos y solidarios, que no se conformen con ayudas asistenciales, y por ello es que el arte y la poesía que promueve Antorcha es un arma cargada de futuro. 

Hoy, ante lo que padecemos en Culiacán, Sinaloa, y todo México, recordar “Oda a la pobreza” y “Techos de cartón” se vuelve más que necesario, por eso quiero felicitar a los plebes y a sus padres que hicieron posible este esfuerzo de memorizar, declamar y entonar estos mensajes de denuncia. Con esta actividad aportan al combate de la miseria, la falta de vivienda y a la construcción de la paz que tanto se requiere. 

Hay una escena de “Voces inocentes”, película méxico-salvadoreña dirigida por Luis Mandoki y estrenada en 2005: la lluvia caía triste mientras Chava hacía tarea en la puerta de su casa de cartón, de repente ve llegar a su Tío Beto con guitarra al hombro. Mientras cenaban en familia comienza la balacera, y para calmar los nervios de los plebes, el tío saca su instrumento en medio de las lágrimas y el miedo por la muerte de su amiga. Comienza a entonar precisamente “Techos de cartón”. Chava lo mira y se recuesta a su lado escuchando la melodía que apacigua un poco su dolor. 

20 años después esas duras escenas reclutando a niños y levantando jóvenes, siguen viéndose en nuestro país.

Ahí cae la lluvia,

viene, viene el sufrimiento

pero si la lluvia pasa,

¿cuándo pasa el sufrimiento?

¿cuándo viene la esperanza?


Para eso somos antorchistas, compañeros, para responder esta pregunta. Como en la época franquista que le tocó vivir a Miguel Hernández, el pueblo espera a los artistas también en este siglo.

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