MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

CRÓNICA | Herederos de Espartaco iluminan Festival de Ganadores en Xalapa

image
  • En el auditorio Salvador Díaz Mirón, pequeños artistas demostraron su destreza con múltiples disciplinas en un evento que reunió a familias y reafirmó la lucha por la educación artística pública

El aire vibraba con ecos de triunfo. Entre luces destellantes y murmullos de expectación, el escenario del Festival de Ganadores de la XXI Espartaqueada Cultural Nacional se convertía en un altar donde talento, esfuerzo y dedicación se fundían en una sola tarde.

Es así como el Auditorio Salvador Díaz Mirón de la ciudad de Xalapa se vistió de gala este fin de semana, en un evento que reunió a niños, jóvenes y familias enteras en una tarde fría y llena de arte del pueblo para el pueblo.

La XXI Espartaqueada y el Festival de Ganadores dejan claro que, cuando una comunidad se une por la cultura, el verdadero triunfo es la alegría compartida.

Puntualmente a las 5 de la tarde, después de un cálido recibimiento, el festival arrancó con una solemne poesía que preparó el ambiente para lo que sería una tarde de emociones y aplausos. Entre vítores y gritos de padres de familia comenzaron los bailes, donde niños y jóvenes de distintas categorías demostraron su talento en el escenario.

Los padres, visiblemente emocionados, no dejaron de animar a sus hijos con gritos de apoyo y constantes aplausos.

Entre las primeras presentaciones destacaron las coreografías de las categorías infantiles, donde pequeños de entre 4 y 6 años robaron sonrisas y amor con su energía y dedicación para bailar, pues siendo niños tan pequeños se destaca la disciplina y el compromiso.

Posteriormente, tomó la palabra el dirigente del Seccional Xalapa, Juventino Navarrete Xilita, con un mensaje que combinó el reconocimiento al talento artístico con un firme discurso de lucha social. Resonó como un llamado a defender la educación artística frente a los recortes gubernamentales:

“Mientras el gobierno recorta recursos a la educación, nosotros seguimos creando espacios culturales para que los niños y jóvenes puedan desarrollar un talento por la música, el arte o la danza”.

Sus palabras, que incluyeron un reconocimiento a los maestros y un llamado a defender la educación pública, fueron recibidas con aplausos prolongados y consignas de apoyo: “¡Que viva Antorcha Campesina!”, gritaban los padres, el público y los artistas antorchistas.

Más talento y un cierre estelar

El segundo bloque inició con una explosión de folclore, una verdadera muestra de nuestras tradiciones, un banquete de cultura mexicana. Los niños de la categoría Infantil B, pequeños de entre seis y diez años, sorprendieron con una danza de matachines de Michoacán, cuadro con el que obtuvieron el segundo lugar en la máxima justa artística del Movimiento Antorchista. Vestidos con trajes coloridos y sonajas en mano, los pequeños bailarines transportaron al público a las raíces purépechas con cada zapateado.

Un momento mágico dejó a todos sin aliento cuando entró imponente al escenario un pequeño de no más de seis años, vestido con el tradicional traje de matachín.

Ya en el centro del escenario y, con una fuerza y determinación increíbles, inició el baile marcando el ritmo con sus pequeños pies. Sus movimientos, llenos de una energía que contrastaba con su tierna edad, electrizaron al público desde el primer compás.

Para finalizar las danzas, el ballet estatal deslumbró con una presentación que rindió homenaje a las raíces jarochas. Jóvenes bailarines, ataviados con los vibrantes trajes típicos de Veracruz —blancos vestidos adornados con encajes rojos y guayaberas acompañadas de paliacates al viento— transformaron el escenario en un fandango viviente, fiesta tradicional de nuestro estado.

Al compás del son “La Bamba” y los zapateados sobre el escenario, las parejas tejieron figuras llenas de alegría y precisión. Fue un cierre que no solo celebró el folclore, sino que encendió el orgullo local, demostrando cómo la tradición se mantiene viva en las nuevas generaciones.

El auditorio, de pie, coreó al unísono las últimas notas, cerrando con broche de oro una tarde donde el arte fue sinónimo de identidad y combatividad.

Una tarde para recordar

Más que un baile, el Festival de Ganadores fue una celebración comunitaria, una fiesta del pueblo trabajador. Mientras los artistas mostraban los bailes con los cuales ganaron esos premios con orgullo, los padres capturaban cada momento con sus celulares, conscientes de que atesoraban recuerdos imborrables. El evento no sólo premió el talento artístico, sino que reafirmó el poder del arte como herramienta de unión y transformación social.

Al finalizar, el auditorio se llenó de abrazos, fotos y promesas de volver los siguientes años, continuar esa preparación artística para elevar la conciencia del pueblo y rescatar nuestras raíces y nuestra valiosa cultura.

La XXI Espartaqueada y el festival dejaron claro que, cuando una comunidad se une por la cultura, el verdadero triunfo es la alegría compartida.

¡Que vivan las Espartaqueadas! Porque en cada festival como este, el pueblo no sólo celebra: se organiza. Seguiremos luchando por una patria donde la cultura no sea lujo de pocos, sino derecho de todos.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más

FOTO DEL DÍA