El Movimiento Antorchista Nacional, fundado en 1974, ha dedicado su trabajo a la lucha por la justicia social, la educación política y el mejoramiento de las condiciones de vida de los más pobres.
El Día de los Mártires Antorchistas también es un acto de protesta para que se haga justicia y se castigue no sólo a los perpetradores directos de los crímenes, sino a los representantes de los grupos que pretendieron frenar a Antorcha.
Dentro de esta trayectoria, muchos líderes han sufrido atentados de los enemigos del progreso o han muerto por causas naturales. Su memoria y legado ocupan un lugar central dentro del corazón del antorchismo, pues representan un sacrificio significativo y una herencia fundamental en la defensa de los ideales antorchistas.
Cada año, Antorcha conmemora su memoria con un acto político-cultural en el municipio de Tecomatlán, Puebla, con lo que los antorchistas que seguimos vivos reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con las causas del pueblo.
Muy concretamente, los mártires antorchistas son aquellos militantes y líderes que han perdido la vida en enfrentamientos, agresiones o actos represivos por parte de grupos opuestos a su lucha organizada.
Aunque no todos sus nombres son conocidos por la población mexicana, en el trabajo diario y en actos conmemorativos se les recuerda como héroes que ofrendaron su vida por la transformación de esta sociedad injusta.
Estados como Puebla, Veracruz, Guerrero, Estado de México y Michoacán —donde el movimiento tiene fuerte presencia— han sido escenario de luchas importantes por el reparto de tierras, fundación de colonias, escuelas o la introducción de servicios y construcción de obras públicas de gran calado. Como respuesta represiva de las fuerzas caciquiles o grupos de poder político y económico regional, varios líderes antorchistas fueron víctimas de cobardes crímenes.
La conmemoración por los Mártires Antorchistas incluye marchas, eventos culturales con poesía, música, bailes y teatro comprometido, expresiones que reflejan el espíritu combativo de quienes seguimos en pie de lucha y refuerzan nuestro cariño y respeto por quienes ya no están.
Para Antorcha, el aniversario de sus mártires no es sólo una fecha de duelo, sino un acto de reafirmación política y compromiso con la causa de transformar la sociedad capitalista y construir una nueva, en la cual no exista tanta desigualdad ni pobreza. Nuestras conmemoraciones no se limitan al recuerdo, sino que buscan mantener vivo su legado y fortalecer la convicción de que su sacrificio no fue en vano.
Aunque algunos crímenes en contra de varios líderes antorchistas han sido judicializados, muchos permanecen en la impunidad.
Por ello, el Día de los Mártires Antorchistas también es un acto de protesta y reclamo para que se haga justicia y se castigue no sólo a los perpetradores directos de los crímenes, sino a los representantes de los grupos políticos y económicos que, con estos actos, pretendieron frenar el crecimiento de Antorcha.
El legado de los Mártires Antorchistas se traduce en la continuidad de la lucha por educación gratuita y de calidad, acceso a la cultura y el deporte, vivienda digna, empleo bien remunerado y servicios básicos para las comunidades y colonias marginadas. Su ejemplo no es de derrota, sino de fortaleza que inspira a seguir organizando al pueblo para conquistar un México donde reine la justicia y la equidad.
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