Pido a mis posibles y amables lectores, sobre todo a quienes no son antorchistas o sienten animadversión contra mi organización, que tomen de una oreja el calificativo de "Antorcha Mundial", al fin y al cabo, representa un halago, aunque riesgoso, para los destinatarios, que entendemos que la calumnia y la pistola son del tamaño de las fobias y el miedo; tomen los calificativos y acusaciones presidenciales y, por un momento, pónganlos en un cesto que está al final de este escrito.
Aunque sea por una vez, una sola, les invito a que, con la inteligencia abierta y sin el bloqueo automático mental impuesto por el prejuicio, lean a un antorchista, su humilde servidor.
Toda realidad, simple o compleja que pretenda transformarse, requiere que se la conozca, se reflexione, se elabore un plan de acción y se actúe. En ese espíritu, repasemos el siguiente programa surgido de la situación del pueblo y para el pueblo. Usaré sólo los numeritos imprescindibles y la mayor brevedad, para facilitar la comprensión. Espero no enredarlos.
1.- EMPLEO PLENO. En México, según el Inegi, somos una población de 126, 661,703 habitantes; nuestra economía se ubica entre los lugares 14 y 16 a nivel mundial y la Población Económicamente Activa (PEA), o sea, en edad de trabajar, es de 57, 328,364.
La economía entró en recesión en 2019, con una caída de 0.1 por ciento, que aumentó en primer trimestre 2020 (enero-abril), a entre 3.9 por ciento y 5.4 por ciento, según diversas estimaciones; en el mes de abril, cayó 17 por ciento (Arturo Herrera: SHCP); su caída en todo el 2020, por efecto pandemia, será de entre 8.0 por ciento y 10.5 por ciento, según fuentes financieras y académicas (la Cepal pronostica cierre de 500,000 empresas).
Respecto al empleo, en el primer trimestre 2020 (enero-marzo), de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 27.5 por ciento de la PEA estaba empleada (empleo formal y registro en seguridad social); en el sector informal, (vendedores ambulantes, boleros, tianguistas, trabajo doméstico, etc.), deambulaban 31, 41,234 trabajadores. En el mismo trimestre, se perdieron 89, 855 empleos; con covid-19 encima, se sumó la pérdida, en abril, de 12, 500,000 (doce millones y medio) de empleos y, a la fecha, se registran 37 millones de mexicanos desempleados, que aumentarán con la caída económica; obviamente, aumentarán también los índices de pobreza y pobreza extrema.
Más que antes se impone la necesidad de empleo pleno, para toda la población económicamente activa, lo que impulsará un natural aumento del consumo, y, con la legislación adecuada, incentivará y presionará la inversión privada, reenfocada a producir para el mercado interno, vía la reinversión, por parte de la iniciativa privada, de una mayor tasa de su ganancia, pues actualmente, la proporción de ésta reinvertida, es ínfima. En los rubros que la IP no pueda o no quiera invertir, aplicar inversión estatal.
2.- SALARIOS JUSTOS. - En México, el salario mensual neto asciende a $3.697.00. Según el Coneval, el precio de la canasta básica (alimentaria) mensual, para una persona, es de $1,165.00 en el medio rural (comunidades y ejidos) y, de $1,633.00, en el medio urbano (ciudad), que representa 44 por ciento del salario; actualmente, 37.3 por ciento de la población tiene un salario insuficiente para cubrir la canasta básica y, para el segundo trimestre de 2020, por efecto de la pandemia covid-19, se prevé que este porcentaje aumentará a 45.8 por ciento. Ahora, sumando al costo de la canasta básica el de la no alimentaria (ropa, pasajes, diversión, etc.), este se dispara a $2,087.00 en el medio rural y, a $3,208.00 en el urbano, que representa el 86.7 por ciento del salario. Así, un salario mínimo solo alcanza para cubrir las necesidades de una persona (le queda 13.3% para otros gastos). O sea que un salario mínimo no cubre el costo de las necesidades de una familia con un promedio de 4 integrantes, que asciende a $14,786.00 al mes. Ver el siguiente cuadrito.
COSTO DE CANASTA FAMILIAR GENERAL (ALIMENTARIA Y NO ALIMENTARIA: $14,786= 100%
SALARIO MíNIMO: $3,697.00 = 25.0 por ciento (1/4) DE LA CANASTA GENERAL.
FALTANTE PARA COMPLETAR: $11,089.00 = 75.0 por ciento (3/4) DE LA CANASTA GENERAL.
Entonces ¿cómo hace la gente para cubrir sus necesidades alimentarias y no alimentarias? ¿Para vivir? Fácil: matándose en la maquila, generando sobreproducción con su trabajo por un raquítico "sobre sueldo"; trabajando dos o más miembros de la familia, incluyendo niños, en sector formal u otro tipo de "trabajos" (tianguis, chácharas, etc.); alimentándose de sopas plásticas y comprando garras de vestimenta en las segundas; emigrando en franca huida del hambre. En pocas palabras, el pueblo mexicano sobrevive sobreexplotado, viviendo para trabajar y no trabajando para vivir; para el capital; de milagro.
Es imprescindible un salario justo que garantice una vida plena para los mexicanos, satisfaciendo sus necesidades humanas en cantidad y calidad, de alimentación, vestido, salud, educación, cultura, recreación; un salario justo impulsará el consumo interno nacional e incentivará la producción.
3.- IMPUESTO PROGRESIVO. Partamos de la base, demostrada antes y ahora por organismos autorizados, de que el sistema tributario en México, al gravar (cobrar impuestos) al consumo los carga esencialmente en los pobres y, al dejar resquicios legales, permite a grandes empresarios evadir impuestos, lo cual se agrava si consideramos las exenciones de todo tipo con que se les favorece. Esto determina y condiciona que, de los impuestos recaudados, el pueblo pague más que los grandes empresarios. O sea, los recursos que el gobierno administra provienen, otra vez, más de las contribuciones del pueblo pobre que del capital. Es necesario un sistema tributario más justo, progresivo. Es decir, que el gobierno recaude impuestos en proporción al ingreso, de tal forma que, quien gane más, aporte más y, quien gane menos, aporte menos impuestos.
4.- DISTRIBUCIóN JUSTA DEL GASTO SOCIAL. Del cálculo de lo recaudable por impuestos, venta de productos, bienes y servicios, el gobierno elabora su plan de ingresos (entradas de dinero) y determina el Programa de Egresos (gastos) de la Federación (PEF), en el cual se considera el recurso para gasto social, o sea, el destinado a satisfacer necesidades del pueblo como educación, salud, servicios básicos, programas sociales, etc. De 36 naciones que conforman la OCDE y de todo Latinoamérica, México es el país que menos recursos aplica en este rubro, con un 10.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB: todos los bienes y servicios que se producen en un año); el porcentaje aumentó en un raquítico 0.3 por ciento respecto a 2019. Tanto en 2019 como en 2020, el Gobierno federal asignó recursos, preferencialmente para 22 millones de beneficiarios de sus programas de tarjetas, eliminando PROSPERA, recortando presupuesto a educación, servicios básicos, carreteras, campo, entidades federativas y municipios, ¡¡salud!!
De ese gasto social, la tajada del león también es para el capital, vía donación de terrenos y servicios para sus instalaciones, grandes obras de infraestructura que faciliten el movimiento de sus mercancías, subsidios en capacitación para sus obreros, etc. La reorientación del gasto social, implica entonces, que una mayor parte de este se destine a resolver los problemas del pueblo.
Pleno empleo, salarios justos, impuesto progresivo y reorientación del gasto social. Esos son los cuatro ejes de desarrollo y justicia social que propone el Movimiento Antorchista Nacional. Económicamente, son posibles pues, como queda asentado líneas arriba, México es una nación con mucha riqueza. Desde el punto de vista social y humano, es imprescindible, pues no se puede mantener a un pueblo, productor de la riqueza, en tal miseria. Desde el punto de vista legal, estos cuatro ejes son una síntesis de justicia distributiva de la renta nacional, contemplados en nuestra Constitución.
¿Quién puede llevarlos a cabo? El gobierno de la cuarta, no. A pesar de que AMLO hace un diagnóstico certero de los efectos del neoliberalismo, no muestra querer avanzar en esa dirección, ni en forma de programa ni en sus hechos sino, más bien, avanza profundizando las raíces del neoliberalismo que dice combatir; protegiendo la corrupción de los suyos (empresarios y políticas), de una forma tal, que hunde al país y aumenta el sufrimiento del pueblo. La tarea corresponde al pueblo organizado y politizado. Antorcha, con sus más de dos millones de afiliados, llama a una alianza nacional para avanzar en ese sentido.
La otra alternativa es la de moda: cerrar entendederas, ojos y oídos a la realidad y, a pesar de conocer directamente la actividad de líderes, activistas y grupos de antorcha, seguir aplaudiendo los calificativos y calumnias presidenciales que tiramos en el cesto, cuyo objeto es destruir todo indicio de organización popular; llenarse de gozo porque muy a tiempo "equipamos hospitales, adquirimos equipo, contratamos personal" y por eso "ya domamos la pandemia"; sentirse seguros y protegidos porque "vamos bien en seguridad, no hay masacres y se respetan los derechos humanos del crimen"; celebrar que "la economía va bien y ya no se perderán empleos" y "sin endeudarnos". ¿Tiene sentido?
De mi parte, estoy de acuerdo con el presidente en que "la pandemia y la violencia", la realidad, "no nos han rebasado", porque nos arrastran de corbata y, a quién van alcanzando, lo atropellan transformándolo en fría estadística para los López, pero en dolor y sufrimiento para el pueblo: la economía y el empleo, como se informa arriba, sin ningún apoyo para paliar el hambre y proteger la producción; los niños con cáncer y con otras enfermedades catastróficas, en la situación de total indefensión que los colocó el INSABI presidencial; cerca ya de 30,000 fallecidos y 239,000 contagiados por covid-19, atendidos con el equipo, personal y medicamento que ustedes ven; más de 53,000 muertos por violencia, combatida como a ustedes les consta. Cientos de doctores y enfermeras fallecidas y más contagiadas, sin que, aún ahora se les brinden protección y condiciones. Quien considere que eso no es una tragedia nacional; una crisis humanitaria y social; que esa realidad no exige la unidad y acción popular para transformarla, por favor, ilustrenme.
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